miércoles, 18 de febrero de 2015

La carretera maldita

Cuidado por donde viajas...



Después de hablar de casas y granjas encantadas ahora le toca el turno a las carreteras.
No es difícil encontrar carreteras conocidas por su alto numero de accidentes o por su "emblemático" nombre, como la Ruta 666 de USA, sin embargo en esta historia hay algo más.
Esta vez nos situamos en las tierras germánicas del viejo continente, Alemania, región donde tuvieron lugar misteriosos sucesos que a día de hoy siguen sin explicación.



De Bremen a Bremerhaven



En plena época de auge en el sector de las vías urbanas, los habitantes de Bremen y Bremerhaven solicitaron una una carretera que uniese ambas localidades alemanas, sustituyendo el viejo y muy transitado camino del que disponían en aquel entonces.
Atendiendo a las peticiones de sus ciudadanos, en verano de 1929 se inauguró la tan esperada carretera, convirtiéndola en una de las más modernas y más seguras de la época.
El trafico no se hizo esperar y en poco tiempo pasó a ser de las vías con más afluencia del país.


Kilómetro 239

Kilómetro 239 de la Carretera de la Muerte

Como suele ser habitual en las carreteras que sufren mucho tráfico y este caso no iba a ser una excepción, se empezaron a registrar muchos accidentes. Las primeras semanas no se tomó muy en cuenta pero al no disminuir el numero de percances en una vía aparentemente tan segura se empezó a hablar de una posible maldición e incluso la gente la empezó a llamar "la carretera de la muerte".
Se empezó a indagar y curiosamente todos los accidentes tenían una misma peculiaridad, ocurrían en el mismo tramo, el Kilómetro 239. 
Los testigos aseguraban a la policía que una fuerza misteriosa les poseía e inevitablemente les sacaba el coche de la carretera.
La gente empezó a evitar la carretera, teniendo que dar largas vueltas para llegar a su destino.


La Carretera de la Muerte



Las autoridades policiales se dispusieron a investigar todo aquello en busca de una explicación. Al no encontrar pruebas concluyentes y debido a la presión social exigiendo explicaciones se contrató al experto en fenómenos paranormales Carl Wehrs.
Carl estaba convencido de que se trataba de alguna actividad magnética y efectivamente, en el Km 239 la vara de medir saltó violentamente de sus manos.
El especialista decidió coger una caja de cobre que en su interior contenía trozos de cobre en forma de estrella. Enterró la caja en el punto fatídico, según se cree esa estrella servía para ahuyentar los demonios y todos los males de la zona.
Parece que funcionó, ya que los accidentes cesaron de inmediato. Según se comenta unos campesinos desenterraron la caja y los siguientes tres vehículos que pasaron por allí se estrellaron, por lo que se volvió a enterrar y de nuevo el numero de victimas dejó de aumentar.
En la actualidad no se sabe con certeza si los trozos de cobre siguen enterrados en el kilometro 239, pero lo que si afirman las personas que viajan por el lugar es que por esa zona siempre existen interferencias en la radio, móvil y otros dispositivos.

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